100 años de historia nos contemplan… ¿ para llegar a lo mismo ?

La historia se repite
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Después de 100 años la historia podría repetirse en clave electoralista española. Hoy, ya en 2018, no sería de extrañar que el Gobierno llamase a las urnas por varias razones que deben desatascarse en el enmarañamiento en el que nos vemos abocados los ciudadanos; el problema de la escisión catalana que poco a poco va ganando peso mediático en el mundo, la corrupción generalizada por la que pocos y escasamente pagan condena los señalados y por todos conocidos, la escasa confianza en la política y sus representantes, la inmigración descontrolada, la escalada de violencia de género que lejos de reducirse aumenta, y por concluir entre los muchos otros temas llamados a exigir un añálisis profundo, la necesidad de estudiar el tediodoso y maquillado monotema de resoluciones ficticias con las que se trata el desempleo laboral, amén de preocupar el futuro de la pensiones que a más de un octogenario le está produciendo constantes altas en su tensión corporal.

Recordaremos que las elecciones generales que se produjeron en 1918, ahora hará 100 años, también fueron convocadas por una crisis política y económica, provocada por una Asamblea de Parlamentarios y el arrastre de las huelgas generales. Fueron elegidos 409 diputados al Congreso, hoy 350, sin añadir el senado y los que suman las diferentes cámaras de representación autonómica popular. Demasiados y un excesivo gasto.

Hace 100 años el partido más votado fue el Liberal Conservador de Eduardo Dato, pero el Partido Liberal en sus dos vertientes, lideradas por Romanones y García Prieto, obtuvieron en su unión más votos.

En esos comicios apareció una Alianza de Izquierdas, formada por el Partido Reformista, la Federación Republicana, Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partit Republicà Català, Partido Republicano Radical, Pura, Partido Republicano Democrático Federal, y los republicanos catalanes independientes, que todos juntos sumaban 35 escaños, con una clara tendencia a sostener las reivindicaciones catalanas como el gran ariete para modificar la fisonomía de una España extremadamente “singular”.

Entre forcejeos de quienes intentaban ocupar la silla del destino español, los gobiernos de concentración en la que se estrechaban fuertemente entre abucheos, desconsideraciones, recelos y timideces, conservadores, liberales, y los ligados republicanos catalanes, el año contínuo tejiendo la desconfianza, dejando al descubierto promesas incumplidas y un vacío de poder que en enero de 1919, año en el que dos meses antes había finalizado definitivamente la Primera Gran Guerra, se suspendieron las garantías constitucionales en España, hasta llegar al 15 de Abril en el que el Presidente Romanones fue cesado y se volvieron a celebrar nuevas elecciones.

 

¿Les suena el proceso anteriormente referido con lo que actualmente sucede en el panorama político español ?

Claro está que España había dejado de ser el eje del mundo, si es qué algún día lo fue, y ese mismo año de 1918, ahora hace 100 años, Rusia reconocía la independencia de Finlandia, que la había declarado unilateralmente el año anterior, después de haber sido invadida en 1808, siguiendo el reconocimiento de Alemania con la firma de un tratado de amistad y paz, situación que aprovecha Lituania para independizarse de los teutones y Estonia y Letonia de la ya incipiente Unión Soviética que el 23 de febrero consolida la fortaleza del Ejército Rojo, a la misma vez que los turcos invaden Armenia, para declarar su independencia meses después.

En Marzo se detecta en los Estados Unidos el primer caso de la gripe española, que causa una triste secuencia de luctuosas consecuencias, en la que unos 50 millones de personas pierden la vida, achacando a España el origen de la pandemia, cuando hoy se tiene la certeza que que fueron agentes alemanes quienes propagaron el virús a través de latas de carne procedentes de la península ibérica. Y es precisamente en esos tiempos cuando la poderosa industria farmacéutica estadounidense adquiere su preponderancia en cualquier rama de la enfermedad, ya sea de carácter simple o crónica.

Ni que decir tiene que todas esas efemérides se dan cita entre la cruel contienda de la Primera Gran Guerra, en la que el “sonado” 18 de Julio de 1918, la familia del Zar Nicolás II de Rusia pasa a ser ajusticiada por fusilamiento y tiro de gracia.

El 28 de Octubre 1918, se proclama la República de Checoslovaquia, que se independiza del imperio austrohúngaro, y que en 1992 vuelve a seccionar el país con la escisión en dos partes: Chequia y Eslovaquia.

Y como el año y la contienda guerrera va de independencias de corte europeo, la población austriaca de Bohemia y Moravia (Sudetes) proclama su unión a la Austria Alemana.

El 31 de Octubre, Carlos I, emperador de Austria y monarca de Hungría, sale huyendo tras producirse la revolución austrohúngara, separarándose Hungría de Austria, por lo que queda extinguido el Imperio Austrohúngaro, y se firma un armisticio con las tropas aliadas.

El 4 de Noviembre Polonia proclama la segunda república y se independiza días después de Alemania.

El 11 de Noviembre de 1918 se daba por finalizada la Primera Gran Guerra Mundial. Hace 100 años.

10 millones de muertos, 19 millones de heridos, 34,5 millones de mutilados, 61 millones de combatientes y 67 países en conflicto

Mientras que Suecia daba voz a las mujeres, en España todavía las silenciaba, la corona británica creaba dos antagonistas en Irlanda, el de Dublín en el Sur, y el Belfast en el Norte, creándose una soterrada guerra civíl entre los años 1919 y 1921, que al finalizar y firmar la paz se reconoció el Estado Libre de Irlanda bajo dominio británico, hoy independiente, no así la Irlanda del Norte que permanece en el Reino Unido.

Hay acontecimientos en la historia que nos conmueven, otros que nos hacen retrotraernos para almacenarlos y sacar conclusiones. Lo importante es saber que muchas verdades se disfrazan de secretos que se descubren a voces con los recuerdos escritos, sacando las mejores utilidades de sus mensajes y aprendizajes para fomentar el aplauso o causar  incomprensión como el peor de los males, por parte de quienes aspiran a narrar una nueva historia fingida tras 100 largos años de contradicciones, fomentando preocupaciones más coherentes y cabales que sirvan para evitar similares repeticiones. Pero para desmitificar lo que nos cuentan los libros de historia, basta con comparar el presente y hacer más caso a la intuición como causa de acierto preferente.

  • Hace 100 años estabámos como lo relatado, y al hoy le añadimos un ápice de ignorancia y poca valentía por aprender las lecciones del pasado.

 

 


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