
La tormenta causada por la deuda argentina puede recrudecerse y fomentar un éxodo al ejemplo venezolano
Argentina se endeuda hasta la Pampa y el Fondo Monetario Internacional tiene claro que los préstamos tendrá una difícil devolución dentro de un programa de plazos, dado que por imponderables incalculables tampoco podrá hacer frente a la recesión mundial que se avecina, lo que hará que la herida económica sangre sin poderla saturar a tiempo con apósitos dolorosos para minimizar la importancia de la misma.
Desde junio Argentina ha recibido 20.400 millones de dólares provenientes del FMI, y ya existe la aprobación de una nueva dotación de 56.300 millones de igual moneda, de los que 5.700 están disponibles de inmediato, exigiendo para ello que se adopte un nuevo sistema de cambio para fijar el precio de la moneda estadounidense por el Banco Central, a fin de evitar nuevas sorpresas provocadas por la fuga de capitales, muy elevada en el pasado mes de agosto y que sigue en perceptible goteo, lo que mostrará la incapacidad del gobierno de Mauricio Macri para cumplir con sus compromisos financieros el próximo año 2019.
“Qué lástima Argentina, eras bizcochuelo, ahora sos gelatina.”
Andrés Calamaro ( Compositor y cantante )
Argentina se hunde y debe impedir que arda la llanura en donde se asientan sus todavía posibilidades de resurgir de unas inoportunas cenizas, originadas entre otras circunstancias sociales que limitan la inversión, por una crisis laboral determinante que se ha cebado de manera generalizada en la vulnerabilidad de un pueblo castigado ya en otras ocasiones por parecidas muestras de una dejadez matemática en no considerar el peligro de acumular una deuda descontrolada, que no puede regularse para evitar que el desequilibrio del 2,6 % del PIB (Producto Interior Bruto) llegue en 2019 a un déficit cero, algo imposible al observar que la capacidad se considera insostenible cuando el promedio de cambio estatal es de 40,10 pesos por unidad de dólar que encarece definitiva el precio de productos indispensables.
“El mundo, para el europeo, es un cosmos en el que cada cual íntimamente corresponde a la función que ejerce; para el argentino, es un caos.”
José Luis Borges ( escritor )
La economía en Argentina se contraerá algo más del 0,5% y una inflación asustadiza del 23% para el ejercicio que sigue, máxime si hoy está en un detrimento del 2,6%, pensando con incredulidad que será el 1,6% que se sacrificará en deuda y comercio fluctuante considerando una expansión para 2017 del 2,9%. Resultados optimistas no se contemplan en los ambientes financieros, y es en opinión de muchos expertos que aducen sin cortarse que determinados informes no son tan fiables como parecen, una duda que podría hacer que muchas empresas sigan pensando en retirarse del país sudamericano si en el plazo del próximo semestre no se nota una mejora palpable en su tesorería de caja diaria. Y ese escenario lo comprobaremos en las estadísticas de viaje al incierto futuro de un destino mejor y sin pronto retorno por parte de técnicos considerados de alto grado, además de un nuevo éxodo de mano de obra desconfiada del arranque en Argentina, que puede invadir junto con los venezolanos muchas áreas de influencia y crecimiento en la cercanía andina, como Chile, Perú y Bolivia.
“Los argentinos, nos dividimos en: aterrados, encerrados, enterrados y desterrados.”
Cita de Eduardo Galeano, que aunque uruguayo, escritor y periodista, se manifiesta con la realidad aplastante por su amor a Argentina.
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