
“No he podido evitar oírlo todo. Tenía la oreja pegada a la puerta.” Lástima que yo no tenía la llave para abrirla cuando tuve la oportunidad de hacerlo.
Miren ustedes queridos “visionarios”, vampiros insaciables del saber y solitarios invisibles, acostumbrados indeterminados de este sitio, también inclasificables y adeptos de este blog que se castiga así mismo, voy a confesar como antiguo miembro de […]