

Si de verdad existe en el Gobierno de la República Dominicana alguien que mande sin temblarle el pulso, así de tajante sería cesar de inmediato al vocero ministro de Interior y Policía, el tal Chú Vásquez del que seguro no es una lumbrera diplomática, que hace las veces de cantamañanas para aparecer en los medios periodísticos afines con actitud desafiante, hurgando a la sensibilidad patriótica.
No se trata señor Vásquez de darle una breve lección de democracia interna, más bien lo considere como un orzuelo provocado por usted mismo que le ha salido en su cerebro pero con pus, no lo olvide, máxime cuando el país vecino sufre de una serie de calamidades, infortunios causados por el caos y el descontrol de las armas vendidas al mejor pujante, alguno de supuesta procedencia dominicana. No se asuste ni se santigüe señor Vásquez usted lo sabe, que el negocio no tiene fronteras.

Decir que la principal amenaza que tiene República Dominicana es Haití, es una veleidad que no se sostiene ni siquiera por la provocación de un joven pardillo y bocazas que se inicia en política. No hace falta que usted ponga la yema de su dedo en la llaga para que todos entendamos que el caos vecinal es un desastre generalizado, que produce una vergüenza desorbitada acompañada de un tormentoso desorden y la hambruna, que será difícil de erradicar como ya es una constante por la que fallecen personas, no delincuentes.
Usted que con injundia desmedida llama a la intolerancia y al capítulo de una defensa alarmista cuando no es necesaria, no puede pretender que nadie le conteste. Señor Vásquez afortunadamente no todos los gobiernos dependen de personas que insisten en pasarse el derecho por ese lado oscuro de un fascismo oculto, que tampoco entenderá se le ajuste con uniforme y, que nada tiene que ver con el republicanismo que se pregona, simplemente por estar ausente la mayoría del tiempo de la realidad que le supera.

Finalmente apuntarle que es reprobable que usted desde su privilegiado puesto le sirva la poltrona para ir amenazando a todos, extranjeros en general que contribuyen a que este país siga adelante.. e incluso haitianos, cuando lejos de ser conciliador se le va la lengua draconiana cargada de veneno, al decir sin encomendarse a la reflexión, que los únicos malos son los demás y usted el salvador de La Hispaniola.
Modere sus afirmaciones y no introduzca en la “barbacoa” más carbón que no quema, cuando lo reticente en la calumnia es no saber y seguir en el tema de hablar por hablar sin argumentos ni soluciones y, no ser más educado cuando se refiera a personas de carne y hueso, como al parecer lo podrá ser usted. No hace falta que aclare que el registro de inmigrantes “ilegales” no equivale a su legalización, alegando que va a instalar controles y nuevas dependencias que costarán lo que seguro después tendrá que defender ante una contraloría que ya no puede asumir más gastos innecesarios, pues todos saben hasta la médula que existen dos infiernos, el de Haití y el que usted preconiza y plantea.
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