Los políticos españoles demuestran que quieren convertirse en Harry Potter

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Por el arte del birlibirloque, los políticos demuestran que quieren convertirse en Harry Potter.. y así zafarse de las responsabilidades, haciéndose invisibles en muchos casos puntuales.

Cuando en la cofa, lo que es decir la plataforma redonda situada en lo alto de los palos mayores de un barco utilizados como puntos de observación y maniobrar desde la misma las velas más altas, se encuentran todos los ministros juntitos para seguir las directrices del capitán Pedro Sánchez, empiezan a discrepar de los rumbos que ha tomado el mandamás, y la cosa se complica más cuando cuatro gotas advierten que se acerca una tempestad, como podría ser el poder de un contramaestre de la flotilla que dice que quiere tomar una deriva distinta para arribar a una isla llamada independencia,  mientras en las sedes de los consignatarios del comercio y el bandidaje de los armadores reconocen que esa tormenta perfecta puede convertirse en la mejor lavativa para aparentar que sufren escorbuto y salir indemnes de los juicios públicos.

Los ministros y ministras, probablemente no se almuerzan con la misma menestra, y reniegan a ser pilotos y marineros/as de un buque que tiene la línea de flotación más hundida que la patera de 1,20 por 3,15 con treintacuatro y la madre de cuatro menores, personas todas con alma y el derecho de salir de su miseria, a los que no reconocerá y aleccionará para que el Estado les asista y les alimente con educación, alojamiento y sanidad en las instalaciones previstas para esas necesidades, por lo que han recetado 40 millones de euros para esas eventualidades que no cesarán por el arte de birlibirloque, lo que podrá suponer que los niños de Valencia sigan tomando lecciones en barracones de madera, pagando aparte las clases complementarias como la danza y la música. Y si a todo ello le añadimos el chantaje de Marruecos para impedir que los asalta-vallas se concentren en Ceuta y Melilla, el presupuesto sube sin que la Unión Europea de facto haga un gesto contable o de una vez se incapacite por resultar manifiestamente incompetente.

Llega el paro, la recesión se colorea desde un verde subido de tono a un rojo oscuro, los salarios se contraen y se destinan fondos a mover momias y esqueletos para rehabilitar una memoria histórica que unos viejos a punto de expirar nunca reclamaron en buen número, salvo por los truhanes de la manipulación que con ello consiguen que los informativos no tengan tiempo para presentar las evidencias de un país en el que todos los días tirotean a alguien, los narcos se pasean libremente y algunos impresentables golpean y matan a mujeres por venganza y sin celo alguno de realizar un feminicidio, tirando por capricho de locura y drogas a un bebé por la ventana, consiguiendo olvidar así que ya no se hable de la corrupción y de los muchos que todavía tienen que entrar en prisión, pero que no hay manera que lo hagan para purgar sus pecados con minimas penas. Y así un largo etcétera, en la que no se excluyen los accidentes de tráfico provocados por suicidas o borrachos que poca lesión penitenciaria tendrán con la Ley de Tráfico.

Por hoy nada más, suficiente tenemos ya con la prohibición del seleccionador nacional de fútbol para que nadie hable por telefonía en los entrenamientos y vestuarios, lo que se extiende a colegios y en horario laboral, convirtiéndose en un ejemplo al que hay que aplaudir para no merecer el calificativo de admitir que somos unos cenizos insatisfechos por no abundar en otras contradicciones, en esas nefastas y muchísimas malas noticias de violencia exhaltada, que no tendrían cabida en este blog que únicamente intenta despertar algún sentido que obligue a reflexionar sobre la falta de productividad que amenaza el empleo y la falta de creatividad.

En cuanto al exagerado motivo de hablar, enviarse videos y otras tonterias, que no dejan pensar que nuestra plena y casi única solidaridad en Europa de acogidas infinitas se subvenciona con deuda pública, un dato que no escupen esos ministros y ministras cuando son interpelados por la prensa y una oposición que mira a otro lado y sigue de vacaciones hasta la nueva y poco sorprendente convocatoria a las urnas, o quizás asistir a las mismas clases del mago Harry Potter para salir del atolladero que se les viene encima, especialmente la de una rebelión a bordo de los oficiales contrariados, oriundos de Catalunya, que desean liberar a ciertos amotinados secesionistas, que siguen encerrados en el pabellón prisión de popa de un navío que hace aguas, a pesar de haberlas mezclado con la “varita” de mando con burbujas y litines. 


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