España se desprende de recursos naturales que servirían para capitalizar la hucha de pensiones

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 Además de nueces, legumbres y jamón, España tiene recursos naturales cómo minerales preciosos y buenos yacimientos de petróleo que los “sabuesos” y “tiburones” de la economía pretenden ocultar.

España se ha hecho tan democrática, solidaria e independiente de si misma que está perdiendo cualquier ritmo supra-económico de superación y provecho allá donde haya una mina de oro, plata y un yacimiento de petróleo, menospreciando su derecho y atino a que haya algún subsecretario de Estado en su función de tecnócrata avispado a que no de paso “colocado”, que con agudeza y especializado en el tema, haga ver que en lo bursátil, habría que tomar el ejemplo de canadienses y árabes, derivando los fondos de inversión de origen nacional para prospeccionar y taladrar el suelo ibérico, al que al parecer le salen muchos pretendientes para explorar y explotar. Si no se emplean serias medidas proteccionistas para impedir el rifirrafe de subastar lo sobornable, nuevamente la privatización de la riqueza interna será un nuevo motivo para tirar seriamente, con macrojuicios y querellas personales a muchos indeseables de las orejas.

Hace unos días publicamos en este blog el hallazgo de oro negro y en abundancia en las costas catalanas, que al pueblo, considerado por los tribunos y acérrimos “amiguetes”, como estúpido, ignorante y despreocupado le han ocultado durante años, no vaya a ser que a los pescadores les diese por cambiar la red de arrastre por un pico y pala para lanzarse a las profundidades.

Ahora surge del batiscafo de sondas comerciales el bien tan preciado de oro líquido y negro para ser refinado, y en forma de ardid político por el encontronazo del independientismo y el constitucionalismo se sigue jugando al jurel y al boquerón, observando su oportunidad el tiburón blanco alojado en la panza de las influencias ordinarias, cuando le podría interesar al conjunto de la sociedad española, asumir como propio el hallazgo y exigir del gobierno la promesa de qué esos “frutos” de un mar calmo y próximo, de tesoros incalculables en el subsuelo serán idóneos para un beneficio social gregario, logrando que los resultados redundasen en un mejor reparto de la tesorería sobrante, empezando por aumentar la caja de las pensiones y elevarlas a otro firmamento que no sea el de la pobreza, aunque claro está, si no hay rechazo a que nos conformen con un espeto de sardinas “impuestas” que al acabarse se entenderá que ha sido una fiesta premiada en un playa desde la que no divisar torre de extracción alguna, permitirán unicamente que se entierre la raspa o espina, denotándose nuevamente un ejemplo de que en esta España de insumisos de pacotilla y autonomías mal avenidas, desde el Norte al Sur, el Este y el Oeste, los grandes “trust” se pasan por el bigote postizo las oportunidades que darían un vuelco a la economía, incluso a la sumergida, y una nueva esperanza al pleno empleo en España, salvo a los muchos invitados migrantes que al parecer por las dádivas que reciben no lo necesitan tanto, esperando los “inversores” de otros países asentados en la piel de toro, que puedan ofrecerse bajo la condición de semi-esclavos preferentes a los que limarles los dientes antes de iniciar el no tan duro trabajo.

En cuanto a otras materias primas : Cobre hay mucho, no comparar con Chile, pero las minas de cielo abierto son un exponente de consideración que dista a pocos kilómetros de Sevilla, perpetuándose los canadienses que sin reparos han logrado que la explotación se prorrogue trece años más después de su vencimiento, es decir, del 2006 al 2034, lo que hará que el grupo First Quantum ( canadiense ) deje seco en ese tiempo y en esas latitudes una riqueza en manos de ellos, que ahora incrementan su posesión con 400 millones más de euros.

La nueva mina que va a ser subterránea y financiada por los fondos de inversión con bandera blanca y roja con hoja de arce del mismo color de once puntas, que será la que protegerá el acuerdo predominante de explotación del cobre ( 74.000 toneladas en 2017 ) incrementándose ahora con zinc, plomo y plata, la misma que está forzando a la Junta de Andalucia y su departamento de Medio Ambiente, a obtener los permisos correspondientes que les permitan lo que legalmente no puede considerarse un expolio, pero si una rareza en las determinaciones que optó el partido socialista por conceder licencias entonces que podrían haber sido nutritivas para volver al inicio de una nacionalización de recursos propios, muchos más productivos y rentables que como hemos apuntado antes, servirían para no mendigar soluciones sociales con más prestámos convertidos en deuda pública.

Y así hay muchísimos puntos en la geografía española ya en explotación secundaria y anónima, en las que se podría contemplar si se “escarba” con tesón mucho oro, otros minerales y petróleo en abundancia sorprendente, lo que demostraría que España es un buen nicho de oportunidades económicas para los que vienen de fuera comprando voluntades a diestro y siniestro, o para aquellos que se quieren independizar utilizando argucias e imaginación a la que hay que alabar para después en secreto sellar, pues con este desgobierno al que sólo le interesan si los “másters” que cursaron unos y por otros no son meros diplomas falsos, le ocupa mucho más tiempo qué en dotar a los emprendedores de las herramientas necesarias y la financiación a la medida, para que vuelva a surgir un nuevo instituto nacional de industria, ahora más necesitado que nunca de políticos con visión y no ciegos que van por ahí prometiendo el oro y el moro.

El origen de esta frase irónica sobre el oro y el moro, se emplea cuando alguien hace una promesa a sabiendas que no va a cumplirse. La cita se remonta al año 1426, en tiempos de Juan II de Castilla. Abdalá, el alcaide de la ciudad malagueña de Ronda, y su sobrino Hamet, entre otros de su séquito, fueron apresados por un grupo de caballeros cristianos de Jerez de la Frontera.

Abdalá pagó la fuerte suma de dinero exigida por el rescate, solamente él fue puesto en libertad. El suceso llegó a oídos de Juan II, que ordenó que el sobrino también fuese liberado. Sin embargo, los caballeros jerezanos, incitados por la esposa de uno de ellos, se negaron: pedían a los moros un plus de cien doblas – monedas castellanas de oro – a cambio de Hamet.

Ante el hecho, el rey hizo trasladar al prisionero a la corte. Y puede que a raíz de este desventurado suceso, el pueblo andaluz creyera que lo que verdaderamente buscaba el monarca era tener cerca al moro para luego reclamar el oro.

 


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