
Las 400 bombas se entregarán a Arabia Saudita, y si no se lo cree el gobierno de España que en la inopia está, que abra otra comisión de investigación que no sirva para nada y tragarse otro sapo a la parrilla.
Si la ministra de defensa Margarita Ribles cree que ha paralizado la venta a Arabia Saudita de 400 bombas de precisión inteligente con sensor láser guiado desde tierra o aire con un valor de 9 millones de €, sería como negar que el 31 de Agosto 2018 se destruyó en España el empleo de 304.642 personas por una recesión temida y avanzada, y que Quim Torra, actual President de Catalunya se va a conformar con el gazapo de un referendúm pactado de autogobierno que no va a aclarar nada, salvo una reprimenda monumental el 11 de Septiembre, lo que nuevamente nos induce a pensar que el nuevo y recién estrenado gobierno socialista piense únicamente que le espera un otoño caliente y que unos son tontos y conformistas y otros están a punto de convertirse en la claca obediente de una histórica decisión y silencioso aplauso, que a más de un obrero naviero le va a sentar como una patada en los cataplines por intuir peligrar su puesto de trabajo, si quienes les representan vuelven a ser los necios necesarios para aumentar las listas del paro obligado.
Ni siquiera Israel va a utilizar la oportunidad de cubrir una venta de armas titánicas desde un punto de estrategía independiente, pues el contrato del anterior responsable comercial de asuntos bélicos del gobierno de los populares, que experiencia tiene y ya entregó municiones con una factura ya cobrada de 90 millones de euros, y el encargo de fragatas y corbetas de guerra para los ricos árabes, todavía no suministradas y que están en proceso de fabricación en astilleros que dan por fín trabajo a Navantia, de ninguna forma van a sufrir demora y sin duda entregadas a tiempo, pues la formalización y el acuerdo se cumplimentó con la alternativa de hacerlo con diligencia y secreto a un tercer aliado si hubiesen problemas de moral cuestionamiento, al igual que lo hacen todos los demás países proveedores de un producto que deja buenos resultados a las empresas y a los intermediarios, ya sean reyes o políticos expresamente concienciados para apoyar el origen y el destino.
Arabia Saudita es un buen cliente y amigo del beso comprometido en la mejilla de Juan Carlos, de Corina, Villarejo y Sanz Roldán, que algunos trabajos de colaboración han sido realizados a satisfacción de los contrayentes, recordando a quienes estupefactos se queden cuando informan que su dilema con Yemen no es baladí, dado que su postura es contraria a que exista terrorismo y escuela de descerebrados en sus fronteras colindantes más allá del mar que tienen ambos como frontera al igual que la terrestre, cuando su vecino vive una guerra civíl cruenta que altera la estabilidad en sus 2.149.690 km.2, algo más de 4 veces la superficie de España, en la que habitan más de 32.300.000 ciudadanos con una renta per capitá de 55.300 $ y un PIB traumático para los más envidiosos que llega a los 1.805 billones $, regentada por una monarquia absolutista islámica que controla los grifos del petróleo y otras inversiones millonarias que dan sustento a algunos sectores relacionados con la industria menos conocida, la construcción y el transporte, incluyéndose en el interés sus segundas residencias de palacetes en Marbella.
En cuanto a Yemen, los de la derecha de la Meca y con daga curiosa en la faja, con 527.968 km2, 25.000 km2 más que España, y 27.600.000 habitantes aproximadamente, un PIB de 14.250 millones € y una renta per capitá de 2.476 $, dirigidos por un gobierno provisional sumido en un conflicto de envergadura, apoyado por los tramposos para nivelar el desequilibrio en la zona, tampoco están desamparados, y si éste fuese un cuento de manipulación en la resolución que supuestamente se pretende que nos creamos el “humanitario” consejo de ministros de Pedro Sánchez, habría que añadir que dichas bombas y las de racimo que aparentemente se han destruido, podrían ser adquiridas en la subasta clandestina de los llamados tráficantes de la muerte, también con nombres y apellidos que proceden de una España hipócrita, que dejarían además en rídiculo a quienes tienen la desfachatez de enredar y desear convertirse en el aladid de una paz en el mundo, cuando con falsedad o desconocimiento de cómo va el negocio, argumentan que no van a entregar 400 bombas después de haber entregado tiempo atrás otras tantas y más, que alguna metafóricamente podría explosionar en las narices de los incrédulos que no se creen este comentario.
Y mientras tanto la guerra que no tiene reporteros ni testigos, y ya sin Pérez Reverte al frente de la información periodística, sigue entre Arabia Saudita y Yemen, sin la mediación de la ONU, que deja que los contendientes se arreglen solos entre las arenas ardientes que contienen el tesoro de un oro negro necesario para seguir enriqueciendo la ambición de todos quienes de alguna forma se implican en favor de uno.. y del otro. Y en eso España, ahora se inclina en alejar su mirada para seguir viendo incrementado el precio del combustible carente de reservas, para no tener como siempre ni voz ni voto, en una diplomacia amarrada que se queja por un pacifismo y decoro por guardar las apariencias, en su pequeño mundo lleno de migración costosa, sucesos impensables de violencia de todo tipo en los hogares y las calles, sumando protestas internas en la que al parecer los impuestos lo arreglan todo.
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