
“Los tiempos de los gobiernos son muy cortos y los de la delincuencia largos y azarosos.” Cita de Álvaro Uribe Vélez ( Ex-presidente de Colombia )
Poco va a importar que algunos de nuestros lectores, esos de la casta política que se comprometen menos en quedarse fuera de cualquier sarao que les cuestione que un pájaro en una jaula abierta, nos tachen de xenófobos y arribistas de pandereta y castañuela a ritmo de himno rancio, pero lo cierto es necesario recordar que al parecer España se ha convertido en el estercolero humano de los delincuentes, sanguijuelas de un estado demasiado blando y benevolente, y de esos miserables violadores que cada día que se les antoja sacian su sed vengadora sin importarles las consecuencias, que al parecer son pocas para ellos y muchas para las víctimas que padecen instintos de un ultraje imitado como moda o penitencia, con el pensamiento de que después de pasar un tiempo entre rejas con desayuno, almuerzo, merienda y cena, en una celda entretenida de gentuza entre la que se transmitirán experiencias, en el supuesto de que hayan sido aprehendidos, volverán a reincidir para seguir viviendo del cuento y causar idénticos daños a una sociedad amorfa y dormida.

Muchos menores “migrantes” en una desproporcionada mayoría, que ahora ya no lo son, campan a sus anchas riéndose de nuestro sistema penitenciario que alberga un complejo de exceso de tolerancia y humanidad mal entendida, aplicada por leyes excesivamente permisivas y con una red de garantías que bien quisieran tener en sus países de origen.
“Cuantas más restricciones existan y más artificiales sean los tabúes que haya en el mundo, más se empobrecerá la gente… Cuanta más prominencia se dé a las leyes y regulaciones, más ladrones y bandidos habrá.” Lao Tsé

Si el jugarse la piel de la policía y la decepción de ver al reo antes de las setenta y dos horas, suelto y sonriente, eso sí con cargos hasta que dentro de tres años acumule 151 fechorías, no claman a una modificación de los protocolos y del código penal, que venga VOX y lo vea y después los demás imitando ideas con paracetamol y ordenanzas que no entiende ni siquiera el legislador sin toga ni master demostrado, para que vaya acumulando en el capazo de la desorientación muchos más adeptos a solucionar un problema que parte de una tendencia política a evitar que se les señale con el dedo, pues creen estos mequetrefes del sistema, que son más ecuánimes, sensatos, competentes e inteligentes que los ciudadanos de a pie que tienen el valor de poner indebidamente en sus manos “bombas fétidas” de relojeria.

Ya está bien de tanta osadía, de lamentarse a toro pasado, permitiendo que las hordas de desaprensivos inunden la paz social y se tengan que asumir costos carcelarios y procedimientos judiciales excesivos, que bien podrían servir para otras necesidades sociales, que junto con las pensiones se vienen reclamando por doquier en toda la geografía, todavía llamada España.
A lo mejor la ciudadanía debería ir pensando más en un “brexit made in Spain”, desligándose de las autoridades elegidas para mantener nuestra seguridad y bienestar, permitiendo que nuestros protectores con placa, pistola y porra empiecen a repartir estopa, de la misma forma que han hecho entender los ingleses que no están dispuestos a sucumbir a una invasión de asociales, que además de vivir de las ayudas cada día se muestran más altaneros y agresivos, lo que sin duda haría cambiar de opinión a Robin Hood y marcaría un antes y un después en las cruzadas de Ricardo Corazón de León.
“Cada sociedad tiene el tipo de criminal que se merece.” Bobby Kennedy
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