
Invasión de Europa, en la que los Emiratos Árabes Unidos nada tienen que ver y sí la intervención del “maestro peluquero” George Soros y Pedro Sánchez (aprendiz recoge cabellos), considerando las instrucciones de los “amos del mundo” sobre la migración por parte de un África que se despedaza así misma y huye del hambre provocada.
Una gran parte de la fauna política que nos administra se transforma bondadosa y elocuentemente conciliadora frente al espejo en el que se reflejan sus vanidades hipócritas y de oportunismo rotundo con el frente abierto de la oposición, que ni más ni menos son idénticos a ellos, cuando de lo que se trata es el figurar con traje, corbata o sin ella entre los más acérrimos defensores de todo lo que se pueda reivindicar con tal de atraer el mayor número de simpatizantes, convertidos en votantes acomplejados para que ninguno les pueda culpar de falta de humanidad aparentemente solidaria y una supuesta honradez que a más de una comisión, siempre inservible de investigación, les podría sorprender, que a decir verdad, dejan mucho que desear, pues se ha llegado a la conclusión atomizada de que los ciudadanos les importa un comino tanto teatro improvisado, siendo pasto de las llamas encendidas por las ambiciones endógenas de estos chismosos y recalcitrantes portavoces de nosotros mismos, que van troceando su propia alma cada cuatro años, o cuando las elecciones son anticipadas por un derecho universal.
Y mientras pasan los meses, los años y se llama a retreta para volver a presentarse como candidatos para ocupar puestos de responsabilidad, los más avispados que han dado un golpe de estado para hibernar un partido político que navegaba sin timón y desde hace tiempo sin rumbo fijo, se lanzan a pulmón abierto sobre el problema de la migración, ocultando el líder de una izquierda suave qué, después de haber sido coronado Pedro I “El Guapo”, los menos tímidos y agresivos verbalmente persisten en su deseo de sacarle un ojo metafóricamente para hacerle quedar como un minotauro aislado y minusválido, persistiendo arrinconarle en el cuadrilátero que rezuma ninguneo por los contrarios, una oposición insatisfecha que juzga de antemano al dueño y señor de una mesa de ministros que convencida de su poder casí absoluto no deja títere al revés y sin cabeza, por convertir todo lo amasado y amañado en un promulgado proyecto de Ley de rápida aparición en el Boletín Oficial del Estado.
Poco se dice de la reunión secreta mantenida del nuevo Presidente del Gobierno español con el magnate George Soros a pocos días de su apresurada elección, en la que prometió serviría para convocar nuevas elecciones y después se desdijo con habilidad. Ni que decir tiene y si pocos lo sabían, Soros es quien suele leer la cartilla de lo que puede o no hacer un piltrafilla de tres al cuarto que inesperadamente llega al sillón más alto de una de las tres bases del poder, cuando existen planes de distribución de la población mundial que no pueden ser modificados, alertando que por mucho menos se arma un conflicto bélico internacional, una crisis interna o pudiera volver a reaparecer una banda armada que como menos asaltaría cada media hora gasolineras y supermercados. Y eso sí quiere decir que hay un cocinero con mucha mano que puede darle la vuelta a la tortilla
Soros es un hombre de 88 años, nacido en Hungría y de origen judio, algo más que un perverso multimillonario, representa por vocación una organización de muchos iguales a él, capaces de arruinar un país en cuanto la “bolsa” abre sus paneles de cotización y siempre en menos que canta un gallo, como ya ocurrió en 1992 con el Banco de Inglaterra provocando pérdidas al estado británico por no seguir instrucciones de proteger una línea dura del neoliberalismo económico. Contradecir a un destacado mensajero que ostenta la escarapela invisible de ser cofundador y rematador de asuntos pendientes, que no han seguido un curso lectivo siempre considerado a título de becarios en prácticas, es un riesgo que puede fundir las resistentes trenzas que unen a un gobierno bien estructurado, dotado de ideas y avenido en cualquier parte del mundo, que sin duda tendrá los días contados.
George Soros no es sólo un especulador financiero, un chantajista, un tipo carismático que vocea al que se le antoja, y a la vez un aprovechado mecenas que da soporte a innumerables ONG,s, que se hallan al capricho de las directrices geopolíticas de un grupo considerado como los auténticos y temibles amos del mundo. Soros es un “dios endemoniado” de la riqueza y la pobreza, de las obligaciones y las vacaciones al paraíso o al infierno, según su voluntad, y baste añadir que para crear adeptos y sonrientes militantes siempre prestos a la pedigüeña que tocan las puertas de las subvenciones oficiales como proveedores que deben ser admitidos.. sí o no, dona para ejercer tal movimiento de actividad que no se entendería como lucrativa, perfectamente organizado y persistente, una inversión a fondo perdido de 8000 millones de dólares, destinados a causas provocadas por su incendiario catálogo de ventas de problemas y préstamos a plazos para seguir apagando erosiones en la educación, que no es tal si es intervenida por la religión, la salud pública a favor de sus múltiples intereses en la industria farmacéutica y los derechos humanos, que sin duda es el ariete para meter los ocicos de sus perros de guerra allí donde sea preciso armar un buen tinglado, y desde la ambulancia impedir que el herido llegue sano al hospital de campaña si no hay botín que pueda estar esperando.
George Soros es la antítesis disfrazada de bonanza, progreso, dolor y caos, y no pierde fuelle al seguir alimentando las brasas con un soplador social que emerge de sus programas de idealismo retorcido y desconocido, elaborados por estrategas afines, aleccionados para organizar un complejo sistema de mover el mundo y sus habitantes como si fuesen ganado, ahora a través del mar y con sus barcos de rescate de una migración de voluntades y necesidades influenciadas, adquiridas y tramitadas de urgencía como la que navega y trafica sin ser consciente de ello las entregadas a la causa por sus ilusionantes tripulaciones, rescatando de las aguas turbulentas personas de color, que son atendidas bajo pabellón español y la bandera a todo trapo de los buques del Open Arms.
Qué instrucciones recibiría Pedro Sánchez de George Soros, dignatario y celador que está encargado de abrir las puertas de Europa y de cerrarlas con las llaves y la combinación secreta cuando el cupo sea el adecuado para no alterar los biorritmos de una cruzada a favor de mezclar a las razas y las preocupaciones antes de la brutal mutación, que no impedirá que los problemas se desvanezcan un día a la salida del último sol de paz y concordia, si finalmente se corrobora que para volver a construir hay que destruir.. o sencillamente desplazarse a otros planetas con una misión ancestral aprobada por los “amos del mundo”, que no dejan de transmitir un mensaje : somos demasiados los que poblamos una Tierra con escasos recursos, y si los virus no diezman, algo más habrá que hacer. O nos reiventamos, o nos disponemos a descubrir un nuevo mundo ignoto repleto de sorpresas que George Soros y Cia, deben haber descubierto ya, falsificándolo, clonando, modificando o fabricado en un laboratorio de ensayo que podría causar el máximo terror.
Y en cuanto a los políticos que nos rigen, dirigen y dicen proteger nuestros derechos, finalmente dedicarles este anecdotario :
Un.. día, un florista fue a la peluquería a cortarse el cabello. Luego del corte del que quedó satisfecho pidió la cuenta y el peluquero le contestó:
– No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario.
El florista quedó agradecido y dejó el establecimiento gratamente sorprendido.
Cuando el peluquero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas en la puerta.
Luego entró un panadero para cortarse el pelo, y cuando fue a pagar, el peluquero respondió:
– No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario.
El panadero esbozo una sonrisa de aprobación y salió satisfecho y honrado por el detalle.
A la mañana siguiente cuando el peluquero volvió a abrir la peluquería, había una nota de agradecimiento y una docena de pastas y bizcochos esperándole en la puerta.
Entonces un diputado fue a cortarse el pelo y cuando fue a pagar el peluquero nuevamente con el consabido dicho le dijo : – No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario. El político más contento que unas pascuas salió con una sonrisa de oreja a oreja.
Al día siguiente cuando el peluquero fue a abrir el local, había esperando 12 senadores, 10 diputados, 15 concejales, el alcalde del pueblo con su secretario, la esposa del teniente de alcalde y 6 hijos, haciendo cola para cortarse gratis el pelo.
Ésto, queridos amigos, muestra la diferencia fundamental que existe actualmente entre los ciudadanos comunes, comparativamente con la actitud de los miembros del “honesto” grupo de ciudadanos elegidos que nos gobiernan.
Entre ladrones anda el juego :
1. El ladrón vulgar te roba: El dinero, el reloj, la cadena, el automóvil, el móvil y cualquier bagatela más.
2. El político te roba: La salud, la vivienda, la educación, la pensión, el trabajo y hasta la conciencia.
1.- El primer ladrón te elige… ¡A TI ! *
2.- El segundo ladrón… ¡ LO ELIGES TÚ !
¡ Analiza y Piensa !, comprobando que con la vanidad acostumbrada de los humanos, el peluquero bien podría haber sido Greorge Soros, que guiando igual al burro intentando alcanzar la zanahoria, mostraba un empleo idóneo para seguir “tomando” el pelo a quienes intentasen moverse en la foto de la historia, recibiendo la gratitud de los afortunados ciudadanos para fortalecer y estrechar nuevos lazos de amistad con sus conocidos de siempre, mientras hacia acopio de sus rendiciones con solo esperar a recibirlos al día siguiente.
La ley se ha convertido en un negocio. La asistencia sanitaria se ha convertido en un negocio. Por desgracia, la política también se ha convertido en un negocio. Eso realmente socava la sociedad.
George Soros
¨Con el crecimiento económico rezagado y la crisis de refugiados fuera de control, la Unión Europea está al borde de desintegrarse y corre el riesgo de atravesar una experiencia como la de la Unión Soviética en los 90 ¨ George Soros
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