Los “amos del mundo” nos ven, oyen, estudian, graban y analizan nuestro comportamiento.

Imposible reconocer a los “amos del mundo”, pero sí a sus “peones”.

Cap. I

Kissinger, Rockefeller, George H.W. Busch, George Soros, familia Rothschild, Carlos Slim Helú, Bill Gates, Warren Buffett, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Charles y David Koch, Larry Ellison, Bernard Arnaul., Michael Bloomberg, Donal Trump, y así una larga lista recogida en la revista financiera Forbes, es decir todos aquellos que tengan una fortuna superior a los 4.000 millones de dólares son susceptibles de ser captados por los intermediarios “convincentes” de la cúpula piramidal del poder, e incluso descartados o arruinados si manifiestan un desleal interés en abandonar los mandamientos que rigen en el seno de la gran familia “iluminada” y tan influyente asociación.

Algunos se han dedicado, además de seguir amasando su fortuna, al verse beneficiados u obligados a la necesidad de su incorporación política, la representatividad en órganos decisivos para el ” bienestar y el consumo mundial “ y a la negociación de conflictos allá donde sea necesario intervenir, como también escalando progresivamente puestos de máxima responsabilidad en la jefatura de importantes Estados.

La red se mezcla y se nutre de asociaciones diversas en el panel mundial, afiliándolas en un sistema parecido al franquiciado o lo que sería más propio decir, una confederación de “sindicatos atípicos”, que englobarían una serie de organizaciones de gran notoriedad, toda vez que están desligadas de un comportamiento que pueda cuestionarse dentro de la “ilegalidad”, lo que hará, si su dedidación es “incorrecta, que nítidamente se desprendan de sus “cabezas”, desenroscando las tuercas poco a poco, sin que nadie se percate y con la idea de reparar el fuselaje, que no puede depender de un mal montaje inicial en la selectividad de la “pieza” que contribuirá a mover el engranaje del mundo, según se plazca desde el punto de vista del ojo del gran cíclope que todo lo ve.

Nos oyen, nos ven, nos estudian, saben quiénes somos, nos utilizan y sus herramientas de intervención comienzan con Internet y la masificación en el espacio de los satélites destinados a “protegernos”.

Hace 41 años (1976) los militares estadounidenses ya utilizaban internet, una magía de efectos extraordinarios que terminaron haciéndola extensible a todos los usuarios del mundo, desarrollando constantes adelantos que otros países aún intentándolo han sido incapaces de perfeccionar. Y todo lo referido anterior tiene una pregunta significativa ¿ la globalidad está compartida en dos bloques de ficción ?. ¿ Podría ser que fuese convenida la “conspiración” para que nadie quedase al margen de ser espiado a tenor de “embargarle” sus ideas ?. ¿ Podríamos llegar a sospechar que el tamaño del invento del fenómeno de la comunicación, altruistamente se difundiese sin obtener la mejor compensación de saber quiénes somos, a dónde vamos y lo que hacemos, no está basado en la “simple” información que se obtiene con registros archivados en una gran caja de Pandora ?. El no recurrir a esta reflexión nos conduciría a pensar que en realidad existen hadas madrinas, que gratuítamente nos recompensan sin nada a cambio, y sería otra muestra de otro geopolítico error descomunal.

” Información y seguridad, fundamental comunión para controlarnos desde cualquier remoto lugar. La Información es poder, la seguridad una necesidad que requiere un elevado “tributo” por mantenerla “.

Y es en todo lo concerniente al párrafo anterior cuando hay que hacer un alto en el camino, al tener la santa certeza de que los “amos del mundo” están detrás de un tránsito individualizado o no, de todo lo que hablamos, escribimos, compramos, visitamos o amenazamos. Como tan de cierto es qué, a través de los satélites, cuando algún terrorista inducido para sembrar pánico comete un atentado, o un “atraco” de importancia que merece rápido castigo, o lo que sea de mayor grado, envergadura y repercusión, sólo hay que rastrear las coordenadas de presencia desde un punto del inicio de la acción, triangular y seguir las pistas de localización hasta dar con la morada de refugio de quienes de alguna forma desestabilizan el orden mundial sin autorización.

El uso de los artílugios espaciales son costosos , y no dan a basto, pero cuando los políticos dirigentes requieren de una ayuda complementaria y sus recursos económicos presupuestarios cuentan para esa intervención, no dudan en utilizarlos para alzarse con un éxito extraordinario de la eficacia policial. ¡ Si con un móvil con GPS está un individuo permanente fijado en un punto, imaginénse cuando con esas aplicaciones tecnológicas se puede apreciar una persona u objeto a 30 cms de distancia y grabarla, desde una órbita geoestacionaria coordinada con otros satélites a 36.000 kms de altitud sobre la Tierra, sin obstacúlos climáticos de nubosidad que impidan realizar una misión con plenas garantías de satisfacción !.

En nuestra próxima edición : Capítulo II ( las organizaciones, instituciones públicas, asociaciones y organismos que están bajo el control de los “Amos del Mundo”.

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