
Ya no podrá decir aquello tan patético de.. “ lo siento mucho. Me he equivocado, no volverá a ocurrir ”.
Tenemos un problema grave de confianza institucional que agrede nuestra pasiva tolerancia para admitir tanta corrupción subrogada a una cuestionada permisividad por un aberrante blindaje que es el aforamiento para políticos y la casa real, pero no para edificar una muralla de inviolabilidad frente a una Justicia plausible y verdadera, como la que supuestamente ahora aparece impasible para imputar al protagonista del reproche sancionable como es aplicable al rey emérito Juan Carlos I, denunciado por Corinna la ex-amante princesa danesa / alemana, descompuesta y sin novio, resentida por un hombre, que al igual que los demás, es de carne y hueso, caído en las fauces de esa necesidad no necesaria ni apremiante, y sumamente egoista de enriquecerse a costa de los demás, ya sea con comisiones internas y externas corporativas, además de sus reales sueldos, mordidas por doquier con dientes de oro y sonrisas de plata, siendo el “grosero gobernante” el que mayor ejemplo debería dar a sus “súbditos” impuestos constitucionalmente, y no se sabe bien todavía a santo de qué. Algo que debería empezar a estudiarse con repudio sobre las ventajas e inconvenientes de autorizar su perfidia conducta una vez más, para que éstos personajes deban ser tratados con firmeza y sin inquina como se juzga a los demás, haciendo que la Agencia Tributaria le ponga un bozal al sabueso del caso a alargar y un cascabel al gato que lo sustituirá , impidiendo que los ladridos de los incondicionales le puedan asustar.
Estos tipejos con aureola virtual en la “coronilla” descubierta sin pelo que sembrar, que no pueden lucir sus augustas y “temibles” majestades y mucho menos con un rídiculo peluquín, sobrados de maquiávelicas cabezas pensantes para dañar los intereses del pueblo tributario y no tan ignorante para disculpar, que van al water al igual que los demás mortales, y se limpian el trasero con el papel higiénico que les ofrece el supermercado de la impunidad, no pueden ser tratados con clemencia y mucho menos con distinta cordialidad que la educación fiscal siempre ha demostrado con total imparcialidad. Sentar precedentes no dejarían de observarse como un error, pero algo nos dice que éste asunto va a convertirse en el detonante para ponerle fecha a un estado federal sin un jefe de estado de “corte y pega otra vez la corona que no sería de espinas”, pues ya no será necesario hacer el primo para que los sables vuelvan a brillar.
En este país, España, se aguanta sin rechistar una monarquía parlamentaría, recibiendo pingües nóminas los favorecidos, con suculentos gastos de representación, que mejor irían a parar para aumentar los presupuestos de la Ley para que la ingeniería mecánica mantenga en perfecto estado el engranaje y los pistones de un motor al que intentan ahogar, cada vez que surge algo parecido, convertir el agua destilada en vino o la nafta en agua oxigenada coloreada, cuando la realidad es la que es, gracias a la prensa de una parte del poder en la sombra y el otro CNI que nada tiene que ver con el oficial, esgrimiendo algunas “presunciones de inocencia” para fingir contrariedad, cuando astutamente se constatan con testigos y papeles la culpabilidad en una nueva metedura de pata.
Se dice que el “rey jubilado” tiene cuentas en Suiza, que le importa un bledo el pueblo, lo que le hace un daño inmerecido e irreparable a su hijo, que siempre ha sabido que la democracia se entiende como mejor se interpreten las labores de sus sólidas instituciones. Si el rey ha cometido un delito de lesa importancia hay que empezar a indagar hasta que punto nos ha metido la mano en el bolsillo, aunque haya sido ilegal su actuación de desprestigio fuera del país que lo ha mantenido, “chupando del bote” y cazando elefantes en vez de moscas sin alas que nunca fueron molestas en una suite de lujo en la sabana africana, lo que corroboraría la impresión de muchos españoles que empiezan a opinar qué “ a rey muerto, república viva “.. y déjemonos de vacilaciones para impedir más “chorradas” para “autoridades colgadas” que cuestan una pasta gansa.
“Entre las diversas maneras de matar la libertad, no hay ninguna más homicida para la república que la impunidad del crimen o la proscripción de la virtud.”
Cita de Francisco de Miranda
“Para extirpar el mal de las naciones es preciso destruir las monarquías.”
Cita de Francisco Morazán
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