La injerencia en el éxodo venezolano de un ex-presidente socialista español levanta críticas merecidas

Comparte este artículo

Zapatero a tus zapatos “

Refrán popular que hace referencia a la idea de que cada quien debería opinar solamente sobre aquello que sabe, abteniéndose de manifestarse en aquellos asuntos que no le incumben o no entiende.

La expresión popular gira en torno a la voluntaria intromisión, y se le dice a la persona que busca inmiscuirse, quizás por afán de protagonismo, en cuestiones ajenas. Es una forma de recordarle que no meta sus narices en donde no debe.

El expresidente del gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero, ha provocado un aluvión de criticas, todavía moderadas, sobre sus últimas manifestaciones en apoyo del dictador de Venezuela : Nicolás Maduro Moros.

Cualquier venezolano afectado no tendría mejor ocasión para decirle al aspirante al premio Nobel de la Paz.. “Zapatero a tus zapatos” y deja de ponerle palos a las ruedas de ese carro del éxodo que intentas justificar, con expresiones desacertadas y lacerantes que omiten la verdad y oprimen el dolor de dejar atrás a seres queridos para desde otros países trabajar por debajo de salarios dignos pero necesarios y agradecidos, y así enviarles “plata de papel” a los familiares para que se puedan mantener de lo que algún día podría denominarse como un campo de concentración cada vez más parecido a uno de exterminio.

Decir desde Brasil, aunque si tiene coraje el “ex” lo debería volver a repetir en Venezuela, que el problema de la emigración se debe en mucho a las sanciones económicas impuestas por EEUU con el respaldo de otros gobiernos cercanos a ese área geográfica del mundo, rica en minerales y extensos yacimientos petrolíferos, es como recitar un mantra budista para hallar respuesta a la tolerancia verbal que todavía se ejerce en el contexto internacional, a la misma vez que se venda los ojos para ignorar que el éxodo masivo de venezolanos se debe a una crisis social, política y económica de envergadura que asume la premeditación, parasitada en las fauces de un seguito presidencial sin escrúpulos que sirve de tenaza para el pueblo y guardia de corps, a la vez paramilitarmente impedir que las revueltas a diario se conviertan en una guerra civil, si no logran frenar otro tipo de ayuda vecinal que nada tenga que ver con una corriente pseudo marxista, amparada en una doctrina arrabalera, ególatra y oportunista en la que los coroneles del narcotráfico se mofan de una democracia que sólo representa una palabra sin valor, sin definición clara y plausible que la haga abanderar un movimiento en el que por el momento desarmado está, aunque su principal victoria radique en la razón de seguir sobreviviendo sin tener que arrodillarse ante un acomplejado abusador, más “nerón pirómano” que un gladiador luchando en la arena contra una fiera llamada indecencia.

Señor Zapatero, dése usted una vuelta por esos países a los que por exceso se le ponen trabas a quienes desde Venezuela no dejan de entrar sin parar en sus fronteras. Hágalo sin prepotencia y pregúnteles la razón y el motivo por el cuál la Ley venezolanan está secuestrada y no le ponen grilletes al mercado negro de productos y bienes de primera necesidad, dejando que las mafias se enriquezcan con la pobreza que causan, mientras el narcotráfico tiene sede fija cerca de los aeropuertos desde donde salen los que pueden, con un billete aéreo de ida y vuelta, esperando que por fín en su tierra deje de reinar el caos y el conflicto erradicado en un responsable máximo llamado Nicolás Maduro Moros, que debería “madurar” sus hechos y dejar de seguir propinándole golpes a quienes no piensan en una doctrina impuesta a machetazos mentales, creando escuelas de seducción entre los más jóvenes y más volubles a ser sometidos a un lavado de cerebro.

Y algo que nos hace sonreir de la aparición en el escenario de Zapatero, con un patio de butacas repleto de sicarios de una cuerda “madura” que impide la entrada en la fila 7 reservada a las autoridades competentes, y desde la que mejor se contemplan los saitenes que puede traer el español socialista vidente, cuando afirma sin reparos que prepara un nuevo viaje a Venezuela para ver cómo está la situación, favoreciendo un teatro de operaciones encaminadas a un diálogo en un futuro inmediato. Y el ex-gobernante de una España que necesita más apoyo que un santo acráta en un film de ciencia ficción, no recuerda que hace tres años se despidió con idénticas palabras y una sonrisa más cerca a considerarla cínica que a un rictus de tristeza por no haber conseguido que nadie le crea, cuando en el epílogo de esta obra inacabada debería concluir algún comediante atractivo con un hasta siempre Zapatero.. “cuando vengas a saludar a tu protegido en el Palacio de Miraflores antes de darte un chapuzón en Los Roques, piensa en lo que dices para no arrepentirte de lo que haces, que es meter las narices que no respiran el mismo ambiente edulcorado de una ciudadanía que se axfisia y enloquece por añorar a los que cada día hacen sus maletas, mientras el tirano y sus compinches no paran de enviar las suyas por valija diplomática, algunas a direcciones deconocidas y otras a España”.

Los argumentos y razonamientos de Zapatero son puériles, escasos de conocimiento, endosando a los “gringos” el principal origen de desabastecimiento, del trauma que se vive emocionalmente y la carencia de comida y medicinas entre otros primeros auxilios en los que toca calmar el alma.

No lo vuelva a hacer Zapatero, métase sus opiniones donde le quepan y hurgue en su memoria que al parecer no tiene cabida en su cabeza, y así evitará dirigirlos a quienes menos tienen que ver con una postura de intransigencia a una dictadura plena, sea fresca o en conserva que la tienen que padecer todos los días muchos venezolanos de provecho, a excepción de esos aproximadamente dos millones y medio de ciudadanos obligados a partir, que desde el éxodo no entienden que todavía con respeto y autoridad, nadie haya pulsado repetidamente el timbre de otra alarma que no ha dejado de sonar.

Zapatero, deténgase a decir disparates y mejor quedese en casa o en el consejo de Estado en el que muchos “ex” se apoltronan y viajan, dejando de hacer comentarios imprudentes, empaquetados en una “vaina”, que ni le va, ni le viene, impidiendo ser utilizado como un propagador de programas incandescentes. ¿ Es qué millones de “exiliados” con problemas de acceso a países vecinos no son suficientes para reclamar la intervención de ACNUR ( la agencia de la ONU para refugiados ) y poner en cintura a un dictador por parte de Naciones Unidas ?. Le sugerimos más conciliación y saberse documentado.. y recuerde, si no llega a comprender un clamor popular : ¡ Váyase José Luis Rodríguez Zapatero a que le lustren los zapatos en su cómodo despacho !.


Comparte este artículo

Comentarios

   Send article as PDF   

1 Comment

  1. Qué pena tan grande! Aaah! Esos “socialistos” de salón, no cambian. Tan fácil hablar desde un cómodo sillón y desde una posición privilegiada donde nada te falte… deberían aprender callarse.

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*