

Las múltiples y reincidentes violaciones a mujeres en España en estos últimos días del mes de febrero de 2020, están siendo inscritas en los registros policiales con distintos atenuantes que conllevan desde el ingreso inmediato del abusador en prisión a lo que consideramos la injustificable liberación del mismo con cargos y alejamiento de la víctima, dentro de un protocolo de actuaciones que contemplan los jueces con matices distintos e inconexos y algunas diferenciaciones que podrían ser más radicales y concluyentes, que aunque similares no son lo suficientemente definitorias para aplicar el mismo criterio del código penal actual para todos esos engendros solitarios del pervertido y negado sexo, que sin duda es horripilante, doloroso y no es consentido
” Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a cualquier mujer sin su consentimiento “
Susan Anthony


Algo ocurre, de la misma forma que muchos medios de comunicación tratan de ocultar la identidad toda vez que la nacionalidad, pues ya sea autóctono, emigrante o con el carné español recién servido, el delito sigue siendo el mismo, y flaco favor se hace a la comunidad femenina que unos ingresen inmediatamente en un calabozo y otros se vayan de rositas con cargos y el “perjurio” de volver para así defenderse o asumir la auditoria, cuando en muchos casos la mayoría de esos sinvergüenzas terminan siendo calificados de huidos o desaparecidos, que ni siquiera aparecen en las extensas ordenes de busca y captura, por lo que se deduce que las opiniones para evitar tales descontroles por parte de los fiscales y jueces raramente son coincidentes en la semántica de las acusaciones, dependiendo de la comunidad y el parentesco legislativo o de las instancias superiores que atienden las denuncias de manifiesta ausencia del causante del agravio que en muchos expedientes quedan inconclusos y no son recurridos por las afectadas, menospreciándose así la impotencia y acumulación de rencor que cosecha la mujer después de haber sido agredida, violada, atendida pero en el fondo no satisfecha, con penas que distan mucho de ser ejemplares sopesando que lleguen a ser juzgadas en tiempo, lugar y castigo.

Dejémonos de tanto compadecer y comprender las razones amparadas en monsergas y en el concepto de la metamorfosis humana (.. o animal, según se aprecie ) que llevan a estos delincuentes del sexo amorfo, dañino y asqueroso que retiene y embrutece la memoria y la libertad de quien ha padecido la humillación de su cuerpo, creyendo el imbécil ocasionador que las relaciones son consentidas por confundir su pretexto intolerable cuando aduce que las perjudicadas acceden a sus caprichos por ser adictas a una “yohimbina” mental y provocativa.

Ante lo citado arriba, hágase la voluntad de la razón y dar sentido de la compensación con otras medidas más efectivas, incluso vengativas dejando que las cárceles no se sigan convirtiendo en refugios pensionados de cuatro estrellas para éstos miserables que deberían reducir sus impulsos a base de grandes dosis de reductores de testosterona u otros compuestos de hierbas tranquilizantes de “licorice” por ejemplo.. antes de pasar por la “guillotina” de la castración química sin más contemplaciones y ejemplo póstumo para aquellos que intenten difuminar las libertades y derechos de las atormentadas mujeres, que es lo necesario en cualquier caso demostrado y merecido para esos tipos calificados erróneamente de hombres.. y en cualquier grado de agresión que ocasionen.

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