
Maduro, recuerde las palabras de José Martí : “La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla”
Resulta sorprendente qué quienes más deberían callar en los foros más interesantes hablan por los codos, y los que demuestran precaución e inteligentemente se muestran tímidos, concisos, breves y respetuosos con los gobiernos que dirigen, llamativamente son los más censurados por los taciturnos, charlatanes dictatoriales que no tienen rubor alguno en demostrar al mundo una enfermedad incurable : la del egoismo y una ambición sin desmayo ni mérito alguno por mantenerse firmes entre las cuerdas del ring de la política internacional, sabiendo de antemano que van a perderlo todo, cuanto antes mejor, por su falta de preparación, negligencia, acopio de bienes con usura y un exceso de supuesta y amañada bipolaridad, que podría interpretarse a ser un pretexto para si mal dadas lo llegan a juzgar en un caso de locura perpetua y nunca transitoria. Nos estamos refiriendo no al luchador por las causas justas, que prefiere un país atemorizado que a renunciar a su precario mandato, consiguiendo así crear desilusión y desconfianza para empezar a pensar en la recuperación de una Venezuela nueva sin el marchamo de un marxismo de tiro al plato, que solo se puede encontrar en los libros de historia. Por supuesto el tipo al que aludimos en nuestro comentario se trata de Nicolás Maduro Moros, el sabelotodo del boliviarismo que va por las instituciones provocando, llenándose la boca de “caca” incendiaria, frotándose las manos después de defecar con su repugnante sordidez una asamblea que unos por vergüenza ajena abandonaron antes de concederle un segundo de gloria por mantener audiencia y generosa presencia, y que otros se mantuvieron en sus sillones para ser expectantes de una nueva algarada del payaso ( Transformar la ONU es una urgencia para el mundo ) con menos gracia que un
bisturí intentando abrir una piedra pomez, en un planeta que debería estar pensando en darle una patada en el trasero a tan tamaño ególatra, un cantarín que proclama a una Venezuela triste y en decandencia como el ejemplo del espíritu latino victimizado por el sacro imperio capitalista ( de bajos fondos ), que debe prevalecer impasible para ser cada día más fuertes frente a la opresión de quienes le demuestran su animadversión.. ( y con razón ).
Maduro idolátra a José Martí, el fundador del Partido Revolucionario Cubano, al que poco caso le hace cuando dijo que “cuando los pueblos emigran, los gobernantes sobran”, o cuando en otra ocasión añadió “los que no tienen el honor de sacrificarse por la patria, al menos deberían tener el valor de callar ante los que si lo hacen”. Nada de todo ésto Nicolás Maduro es capaz de llevarlo a su cuestionamiento, arremetiendo contra países del entorno que serían capaces de ayudar para paliar las más elementales necesidades de una población que vive precariamente, sin posibilidades de dar un giro a la problemática que ha generado un éxodo sin precedentes, imposibilitando desgraciadamente parchear con eficacia y celo una vuelta a la normalidad en poco tiempo, si se produce un retorno desordenado, que debería empezar por el recibimiento prioritario de técnicos, ingenieros, médicos y equipos de mantenimiento de ingenios y centrales de abastecimiento que ahora están inservibles por falta de uso, para a continuación responder a las necesidades perentorias de la población más frágil y humilde que debe prestarse a la reconstrucción y puesta en marcha de cadenas de producción de todo tipo de yacimientos que vuelvan a generar explotación y riqueza para un país que está en las últimas, cuando otrora estaba en los primeros puestos de una economía acertada que recibía con los brazos abiertos a todos aquellos que necesitaban trabajar y aventurarse a secundar un programa de progreso constante.
Todo se arreglará, pero cuanto antes mejor, y no nos va a importar que el coleccionista de insultos como está demostrando ser José Luis Rodríguez Zapatero, le busque a Maduro y a algunos de los incondicionales, casa en España y cuenta corriente con caja fuerte de caudales a la medida, pero dejando ya de defender lo indefendible, siguiendo con la absurda cantinela que todo el problema existente ha derivado después del bloqueo de EEUU, cuando eso es una equivocación al existir otros proveedores que no le tienen miedo al “grosero” monstruo de las galletas del dólar apabullante. Al Señor Zapatero alguien desde una tribuna abierta, cerrada y sellada, o desde donde sea, le deberían decir que abandone la idea de una defensa a ultranza de Maduro con tanta inexactitud y sarta de disparates, que habiendo sido presidente de un país occidental es una lástima tener que intuir que a la postre y a la larga, que lo único que le va a faltar al “representante español de Maduro en el firmamento” es finalmente un curso de mamporrero, no sin antes impedirle que pueda excusarse con otras tonterias de tres al cuarto presente.
Y a ambos, a Maduro, todavía presidente y a Zapatero en su calidad de asesor, al parecer mejor pagado que consejero de Estado español, les dedicamos una frase del admirado, también filósofo” maestro, José Martí : “ El derecho del obrero no puede ser nunca el odio al capital; es la armonía, la conciliación, el acercamiento común de uno y del otro”. Aunque después de pensarlo bien, ninguno de los dos citados son obreros ni odian al capital, pero bastaría para entender la reflexión, que exigiría poner los pies y las huellas en la Tierra, para intentar comprender el mensaje en toda su dimensión.
Por cierto Señor Zapatero, al igual que sugirió en República Dominicana como reducir los accidentes de tráfico, también podría aconsejar cómo desmantelar el secuestro ( 654 en 2017 ) como negocio rentable en Venezuela, cómo evitar los 26.616 homicidios en año pasado ( cada cuatro horas un ciudadano/a es asesinado/a ), o impedir, con una de sus magníficas ideas estratégicas, que la policia y los malandros se conchaben para que los rescates sean efectivos eliminándose rastreo posterior, sin olvidar que la falta de alimentos y medicamentos es una exclusiva del suministro a través del mercado negro, bien surtido y dirigido por empresarios afectos al régimen bolivariano que hasta Maduro los conoce y los abraza, cuando les reprende y les “asusta” llevándoles a prisión si tienen los colmados y almacenes desasistidos.
“Zapatero a tus zapatos”, que betún poco vas a encontrar en una Venezuela sin cepillos para que te queden lustrosos.. y puedas seguir pisando el cielo aquí como en el infierno que tu mismo te has montado.
El comienzo de la sabiduria es el silencio (Pitagoras)
Y
El problema con el mundo es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas. (Bertrand Russell)
Y para concluir con unas palabras “muy sabios” del propio Maduro : “es demasiada coincidencia que maten a alguien y al día siguiente este muerto” (Nicolas Maduro) .
En cuanto a la ONU… esa Organización Nada Útil… mejor eliminarla por completo. Nos ahorraremos un pastón. Se ha convertido en un Club de Comedia muy caro.