La eternización de una oposición guineana que perjudica a sus iguales por su demostrada pasividad

GUINEA ECUATORIAL

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En ocasiones hay que permitir que jueguen los perros adiestrados para que dejen de ladrar y morder los tiranos.

A finales del mes de Marzo 2018, y a tenor del interés que despertó una propuesta de una organización de especializados contratistas para realizar una pronta intervención altruista de apoyo técnico, legal y humanitario, secundando así y sin más dilación las reivindicaciones de los partidos democráticos de la oposición en el exilio en España, con respecto a combatir en las “urnas” controladas al gobierno tiránico que ejerce en Guinea Ecuatorial el régimen dictatorial de Teodoro Obiang Nguema.
Se ha podido constatar a través de opiniones de disidentes cansados del paroxismo que se contempla, que los cinco partidos y sus máximos dirigentes prefieren una solución ambigüa de reflejos dilatorios y miopes, que no disuasorios, y que está demostrado, por voluntad propia estancan las conversaciones necesarias que dieran paso a actividades más expeditivas, pensamiento cada vez mayoritario y así lo siguen afirmando con enojo fuentes muy críticas con dichos núcleos de representación no gubernamental de reprobación constante guineana “que hablan mucho y hacen muy poco” (sic), probablemente porque dichos “contestatarios” están disfrutando placidamente de subvenciones y empleos oficiales en la administración pública española, además de realizar campañas de triste desarraigo desde un marco de protección a su expatriación forzosa, que les concede un status de privilegiada imagen a los ojos de la comunidad internacional.

Eduardo González publicó el 9 de Abril de 2018, y es muy sospechoso el intento de cubrir lo manifestado anteriormente, con un túpido velo que haría ignorar y cegaría cualquier otra pretensión que no fuese la de esperar sine die que el milagro o el fallecimiento del Presidente Obiang, se produjera para aprovechar un vacío de poder y volver al país africano a recoger la oportunidad que hoy les parece una entelequia, toda vez que podría ser un riesgo propiciatorio de convertirse en víctimas de una represión in situ e ignota por unos partidarios afines al dictador que no estarían por la labor de desprenderse de sus prebendas locales protegidas por un “chamizo” militar salvaje afecto al reparto proporcional, o concluir su “campaña pacífica” en un accidente de automóvil, la caída por escaleras de endebles huellas o el machetazo de un orate, llegado como turista para recorrer las calles de Madrid y Zaragoza principalmente. Todo ello nos cabría hacer suponer que existe todavía miedo, el mismo cuando es de todos quienes integran el plantel de la reserva política “vacacional”, que sus personas y familias están amenazadas de facto y sin peligro alguno de hipótetica crueldad, mientras se limiten a protestar sin belicosa amenaza y con boca pequeña desde la península ibérica, otrora país colonizador de sus ricos “tesoros” que no supo administrar y negociar llegada la independencia, como es la producción de petróleo que representa el 60% del PIB, así como la explotación de cacao, café, caña de azucar, frutas tropicales, maderas nobles y metales preciosos.

Reproducimos a continuación la nota de prensa expedida “ad hoc” que diluye, o así lo pretende, los inicios de una conversación alternativa a la inacción demostrada durante años por los tenues escarceos de los compromisarios al relevo en la jefatura del país centroafricano, sostenidos por una oposición que teme más perder sus conquistas profesionales garantizadas en España que sus aspiraciones por derrocar de alguna manera, incluso siguiendo la misma trayectoria habitual del “golpe de estado” sibilino y permitido por higiene social, que no ha dejado de ser una mala costumbre en ese área del mundo.

La oposición acuerda en Madrid un programa de transición para Guinea Ecuatorial.

Eduardo González ( The Diplomat) 09/04/2018

Cinco partidos opositores al régimen de Teodoro Obiang Nguema en el exilio han firmado en Madrid un programa de transición a la democracia en Guinea Ecuatorial que prevé una amnistía política, la creación de una junta electoral con la participación española, la celebración de elecciones presidenciales y legislativas y el inicio de un período constituyente.

El régimen dictatorial de Guinea Ecuatorial es totalmente inviable y su prolongación en el tiempo solo traerá consecuencias nefastas  para el futuro de nuestro pueblo”, se lee en el preámbulo de la Propuesta de Ley para la Transición Democrática en Guinea Ecuatorial, firmada el pasado 5 de abril por Severo Moto(PPGE), Antonio Nsue (APGE), Salomón Abeso Ndong (CORED), Weja Chicampo (MAIB) y Faustino Ondó (UP).

La propuesta de ley de la que The Diplomat ha obtenido una copia y que se pretende entregar a varios embajadores en Guinea Ecuatorial, entre ellos el de España- prevé la promulgación de una “amnistía general para todos los presos políticos” y el compromiso de que “no se perseguirá a nadie por sus ideas políticas”.

Asimismo, el proyecto rechaza las negociaciones que “desde hace años” propone Obiang a la oposición y propone el inicio de un proceso de transición hacia la plena democratización de Guinea Ecuatorial” dividido en dos fases de 180 días cada una.

 Tras la creación de una Junta Electoral Central que incluirá tres observadores internacionales de la UE, la UA y España, “con voz y sin voto”, la primera fase concluirá con la convocatoria de unas elecciones presidenciales a doble vuelta.

El presidente resultante de estos comicios gobernará “con poderes excepcionales” durante un segundo periodo de 180 días naturales hasta la celebración de elecciones generales constituyentes y municipales. El Parlamento que surja de estas segundas elecciones elaborará una nueva Constitución que se someterá a referéndum.

Propone una junta electoral con presencia española, elecciones presidenciales y un proceso constituyente.

Como paso previo a esta propuesta, los mismos partidos firmantes se han dedicado en los últimos meses a buscar el apoyo internacional que garantice unas condiciones mínimas para iniciar el proceso de transición, para lo cual han enviado un total de 27 cartas al Gobierno español (incluido el Rey Felipe VI), la UE, la UA, los gobiernos de Camerún, Gabón, Nigeria y Marruecos, la ONU o el presidente de EEUU, Donald Trump, en las que piden su apoyo al retorno seguro de los exiliados” y la creación de una fuerza de interposición internacional que arbitre el proceso y mantenga la estabilidad”.

Esta fuerza, según fuentes opositoras, podría ser organizada por la ONU, la UE o incluso España mediante el envío de un contingente de la Guardia Civil”. La carta incluye, por tanto, la misma hoja de ruta cuyas líneas generales ya había adelantado Severo Moto a The Diplomat el pasado mes de enero.

En definitiva querer es poder, pero desear si no se reafirma el deseo de hacer lo imposible por llegar a los objetivos que se han podido establecer, resultaría un ejemplo más de excusa para que todo quede en aguas de borrajas.

Desde nuestro punto de vista ni Naciones Unidas va a interrumpir el destino del que se cree caerá por su propio peso, si antes no hay un hecho relevante que lo posicione en un teatro geopolítico provocado por la entrada en el escenario de terceros, ni España va a adherirse a una aventura propiciada por los eternos rivales a los que como recompensa por los servicios prestados ya les concedió una residencia y empleo.

Y mientras tanto Teodoro Obiang, Presidente para la eternidad, ex-alférez de la Academia Militar de Zaragoza, experto golpista a través del derrocamiento de su tío Macias, y auto-golpista que aprovecha para segar de vez en cuando a la oposición que surge de entre la abundante vegetación, más allá de utilizar su cárcel preferida, la llamada Playa Negra, también conocida como Black Beach, se sigue pasando por el arco del triunfo los contínuos avisos de Derechos Humanos, por su inmoral dirección y ninguna demostrada transparencia, totalmente aparcada en la opacidad de unos actos que rayan lo insoportable de una convivencia basada en delatar al vecino por vivir en el terror y por un plato de arroz.


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