Los Rothschild, algo más sobre los reconocidos consultores para vislumbrar las intenciones de los “amos del mundo”, grupo al que ellos pertenecen.

LOS ROTHSCHILD Y EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

Comparte este artículo

La gran esperanza blanca, ahora también integrada por la “amarilla” de la banca en el nuevo orden mundial

En el emblemático escudo de los Rothschild, reza “Concordia, Integritas, Industria”, que traducido al mundo de los terrícolas, sería “Acuerdo, Entereza y Desarrollo”, sin duda tres afirmaciones que se postulan para que todos entiendan que siempre, sea lo que sea, puede conciliarse con un Acuerdo, que hay posibilidades para realizarlo, es decir, Entereza y un pleno Desarrollo para llevarlo al éxito cueste lo que cueste. Los Rothschild nunca han estado para veleidades, aventuras o simples escapadas a la notoriedad para distinguirse socialmente, diferenciándose de lo que realmente representan en el núcleo de poder como una enseña combativa e influyente de los máximos exponentes del significado que entraña reconocerse como miembros activos, honoríficos y ejecutivos de pertenecer a la cúspide piramidal y reconocida como “los amos del mundo”.

Los Rothschild de origen judeoalemán, aparecen como banqueros a finales del siglo XVIII, traspasando fronteras, después de figurar como aventajados cambistas de monedas en lo que después se conoció como un influyente mercado de futuros con las fluctuaciones a discreción que significaban las divisas, prestando y corrompiendo voluntades a los que por necesidad de mantenerse en gobiernos con sucesión paralela o simple ambición, les pagaban los intereses con concesiones que todavía hoy no se han extinguido, lo que les hace amasar una gran fortuna que reinvierten en nuevos proyectos que consoliden la oportunidad sin riesgos, dejando que sean otros los que asuman la obligatoriedad de saldar sus deudas, si las hubiese, con el valor triplicado del patrimonio que pudieran tener en el supuesto de un fallo imprevisto. Los Rothschild crearon la banca estatutaria que hoy se maneja, así como los fondos de inversión que en aquella época se dedicaba en astudiar, hundir, adquirir y reflotar.

Conocer los antecedentes y el patronaje de los Rothschild es muy fácil, basta con sumergirse en el Wikipedia y la curiosidad quedará saciada, nosotros únicamente nos vamos a referir a la etapa actual de lo que representa la inmensa importancia de la familia en la banca y la presunción de que sin ellos el mundo hubiese dejado de dar vueltas hace mucho tiempo.

Los Rothschild son un ejemplo de comportamiento y discreción, lo que les hace pasar inadvertidos cuando determinadas transacciones comerciales de importancia suceden, razón por las que desde hace mucho tiempo no citan su nombre, empleando razones sociales para reducidas o desorbitadas adquisiciones a pequeña o gran escalada en los accionariados, especialmente los que tuvieron o tienen que ver con el flujo del dinero a crédito, inmobiliario y el consumo alimentario.

Se dice que con el final de la II Guerra Mundial, el emblema de gestión Rothschild quedó asociado a la decadencia y rendición nazi. Ideologías aparte, supervivencia y premonición de lo que ocurrió como un claro ejemplo del hundimiento de una nación, hicieron que sus reservas monetarias y múltiples adquisiciones de bienes raíces, se repartiesen muchísimo antes del conflicto bélico entre diversos países de corte pacífico y democrático, destinando cuantíosas sumas a la adquisición de productos petroleros que requería Alemania durante la contienda, toda vez que el proveedor era la sombra y el brazo invisible de los Rothschild, quienes a su vez emitian facturas desproporcionadas que servian para abonar las cuentas pendientes, lo que no deja de contemplarse hoy día como un lavado financiero y evasión de capitales con cierta usura palmaria, mientras que a la vez para respaldar las operaciones, el gobierno alemán abonaba los intereses de demora y alteraciones en los precios de los combustibles con la entrega de importantes obras de arte decomisadas en los países ocupados.

Hoy, el mundo se mueve al golpe fibroso de la comunicación óptica, y los Rothschild tienen línea directa para dinamizar, neutralizar o paralizar, junto a sus importantes socios, los mecanismos de intervención que mantengan la paz o la necesidad de vaciar los almacenes armamentísticos. Todo se condiciona a las necesidades imperiosas del mercado y el control poblacional de los consumidores con capacidad para asimilar y adquirir las herramientas necesarias para adaptarse a una evolución que ya ha empezado a dar señales con la robótica doméstica y de servicios, en los que la gran familia Rothschild tiene depositados muchos recursos y la llave para dar un nuevo impulso a una economía, que sin remisión se degrada por los costosos aumentos de una superpoblación que no tiene control, requiriendo mayores esfuerzos de sostenibilidad a costa de arañar al máximo la cooperación internaci0nal en determinas zonas muy deprimidas.

¿Aprobarán los Rothschild una reducción por pandemia, ergo, eliminar una población hambrienta, peligrosa y desesperada?.. o en su defecto, volverán a mediar para conseguir una nueva tregua, que entre otras razones les perjudicaría, ya que como todo el mundo sabe las nuevas potencias procuran posicionarse a la expectativa de lo que la gran banca pueda condonarles, ganando tiempo y respeto, amén de unas extraordinarias estrategías basadas en que todos tengan en consideración la fuerza y una falsa neutralidad que las avala. 

Al parecer China pretende aportar lo necesario para ocupar un lugar destacado entre los nuevos aspirantes a convertirse en los aliados del “nuevo orden mundial” con claras intenciones de que sus nichos mercadológicos no queden afectados por una nueva recesión drámatica e incalculable, lo que hará que la racionalidad Rothschild se decante por compartir antes que destruir, mientras todavía se siga creyendo en la conquista del espacio sideral y sus planetas como una solución factible a trasladar “emociones e ilusiones“, inversiones a largo plazo y problemas mientras tanto en un planeta llamado Tierra. ¿Llegaremos a tiempo?. Los Rothschild y su círculo concéntrico tienen la respuesta, con el beneplácito de China, que ya no desea mirar al otro lado mientras los ríos Mekong de las oportunidades y el Yangtsé​ siga sin resplandecer entre llamas “ saciando la sed de bienestar de una población que dormita, produce y viaja, mientras el mundo todavía no se estanque y continue girando esperando un milagro.


Comparte este artículo

Comentarios

   Send article as PDF   

5 Comments

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*